LIBRO DE VISITAS

lunes, 10 de agosto de 2009

El misterio de la licuefacción de la sangre de San Pantaleón


De fama mundialmente conocida tenemos el milagro de la licuefacción de la sangre del mártir San Genaro de Nápoles.



Menos conocido pero en España contamos con un hecho similar que no deja de ser igual de sorprendente.


El monasterio de La Encarnacion de Madrid guarda celosamente una cápsula con los restos de la sangre de este santo, San Pantaleón, que curiosamente cada 26 Julio, en la víspera del aniversario de su martirio, se vuelve líquida. Sólamente en dos ocasiones no se ha producido el fenómeno y la sangre de San Pantaleón ha permanecido en estado sólido sin alterarse coincidiendo con dos fechas catastróficas para la humanidad: la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. Es por ello, por lo que se dice que, si no se produce el fenómeno de la licuefacción es sintoma de mal augurio.


Cientos de feligreses y curiosos se congregan todos los años a las puertas del monasterio para ver este "milagro", por ello las Hermanas Agustinas Recoletas del convento instalan pantallas de televisión para poder ver con más detalle el fenómeno.


Tenemos constancia de este "milagro" desde 1645, fecha en la que hay documentación escrita de la presencia de esta reliquia en el convento.


Pero... ¿ Quién fué San Pantaleón?


Pantaleón era hijo de un pagano llamado Eubula y de madre cristiana. Pantaleón era médico. Su maestro fue Euphrosino, el médico mas notable del imperio. Fue médico del emperador Galerio Maximiano en Nicomedia.

Conoció la fe pero se dejó llevar por el mundo pagano en que vivía y sucumbió ante las tentaciones, que debilitan la voluntad y acaban con las virtudes, cayendo en la apostasía. Un buen cristiano llamado Hermolaos le abrió los ojos, exhortándole a que conociera "la curación proveniente de lo más Alto", le llevó al seno de la Iglesia. A partir de entonces entregó su ciencia al servicio de Cristo, sirviendo a sus pacientes en nombre del Señor. En el año 303, empezó la persecución de Diocleciano en Nikomedia. Pantaleón regaló todo lo que tenía a los pobres. Algunos médicos por envidia, lo delataron a las autoridades. Fue arrestado junto con Hermolaos y otros dos cristianos. El emperador, que quería salvarlo en secreto, le dijo que apostatara, pero Pantaleón se negó e inmediatamente curó milagrosamente a un paralítico para demostrar la verdad de la fe. Los cuatro fueron condenados a ser decapitados. San Pantaleón murió mártir a la edad de 29 años el 27 de julio del 304. Murió por la fe que un día había negado.


Las actas de su martirio nos relatan sobre hechos milagrosos: Trataron de matarle de seis maneras diferentes; con fuego, con plomo fundido, ahogándole, tirándole a las fieras, torturándole en la rueda y atravesándole una espada. Con la ayuda del Señor, Pantaleón salió ileso. Luego permitió libremente que lo decapitaran y de sus venas salió leche en vez de sangre y el árbol de olivo donde ocurrió el hecho floreció al instante.